noviembre 22, 2022
Un platito lleno, sin tocar.
Un juguete solo en un rincón del cuarto.
Un cascabel en silencio.
Diminutos lugares vacíos: el huequito de la estufa, la esquina izquierda de la cama. El borde de arriba del sillón.
Las sombras quietas de la casa, en donde se perfila una cola, un maullido que no suena.
Un fantasma chiquitito y peludo. Los ronroneos que pudieron haber sido.
noviembre 17, 2022
Nada anticipaba las despedidas inminentes, ninguna estrella, nada en la noche quieta, inmóvil. Como no lo anticipa nada ahora.
Mañana, otra vez, el universo podría implosionar y vos tendrías que ir a trabajar igual, igual que el año pasado y el anterior. Las estrellas no tienen funerales, ni vos tampoco.
El único movimiento que existe es el vaivén de nombres. El paso de los años es un invento de los muertos.
noviembre 03, 2022
No house, no
No flower
No lover
I don’t have a brother
They are gone far away
We are waiting for them to come back
We are waiting for them to come back
No water, no
No planet
No glory
I don’t have a brother
They are gone far away
We are waiting for them to come back
We are waiting for them to come back
noviembre 02, 2022
25/5 - 2/11
Tengo una amiga, Sofía, es enfermera en un hospital. Hace poco nos contó que una ex compañera de la academia ingresó en la guardia, el parte decía intoxicación voluntaria, era la segunda vez. Tiene problemas en su casa, anotó la guardia que la recibió. Sofía no tiene mucha pedagogía psicológica, cuando le tocó atenderla la llamó irresponsable, "tenés una hija de tres años" la retó. Sofía sabe bien lo que es el sufrimiento, lo ve todos los días. Sus ideas son simples: no se debería obligar a vivir a quien no quiere. Es más, hay que dejar que se maten y den sus órganos a los que sí quieren vivir. Las ideas de alguien que ve todos los días cómo algunos intentan aferrarse desesperadamente al hilo de sus vidas sin poder, mientras otros "lo desperdician".
No puedo discutir su argumento.
Hay una publicación, de principio de mes, muchas publicaciones abajo de las últimas. Volví muchas veces a mirar su perfil, no sé qué buscaba. La publicación, un mes antes, era una viñeta sobre la muerte. No tenía ninguna reacción, ningún comentario de nadie. Como si nadie la hubiese visto.
Anna.
octubre 09, 2022
septiembre 14, 2022
Il dolce far niente
- Te sientes culpable porque eres americana. No sabes cómo divertirte.
- ¿Cómo dices?
- Es cierto. Los americanos saben de entretenimiento pero no de placer.
(...)
- Escuchame, ¿sabes cuál es su problema? Americanos... trabajan demasiado, hasta el límite. Luego vuelven a casa y se pasan el fin de semana frente al televisor.
- Se acerca mucho a la verdad, es cierto.
- Pero no conocen el placer. Tienen que decirles que se lo merecen. Ven un comercial que dice "Tómate esta cerveza" y ustedes dicen "Lo haré; de hecho, compraré un cajón completo"; se lo beben todo y despiertan a la mañana siguiente sintiéndose terribles. Pero a un italiano no tienen que decírselo: se encuentra en el camino un letrero que dice "Te mereces un descanso hoy" y él dice "Sí, lo sé. Por eso pienso tomarme un descanso en la tarde para dirigirme a tu casa... ¡y acostarme con tu esposa!".
- Le llamamos "dolce far niente". Significa "la dulzura de no hacer nada". Somos maestros en eso.
Hay un hueco en la red del balcón. Un hilito de tanza desaparecido, la aventura de algún pájaro, el descuido de algún pintor, una puerta diminuta hacia la nada. Un abismo de posibilidades para un gato, apenas una ilusión de libertad para una persona. Un recordatorio sutil: esa red tan frágil te protege a vos y a tus gatos de la amenaza latente de ocho pisos al cemento, borrón y cuenta nueva; tan frágil, como soplar fuerte y de pronto, la red, la vida, un chorrito de agua que se escurre de las manos, se escurre del balcón, se escurre y se seca en el cemento por el sol, un día cualquiera de primavera.
Anna.
agosto 17, 2022
agosto 11, 2022
julio 30, 2022
Desiderata
y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara,
y escucha a los demás,
incluso al torpe e ignorante,
también ellos tienen su propia historia.
Esquiva a las personas ruidosas y agresivas,
pues son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás,
te volverás vano y amargado
pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos,
lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera,
por humilde que sea,
ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
Sé cauto en tus negocios,
pues el mundo está lleno de engaños.
Más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe,
hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales,
la vida está llena de heroísmo.
Sé sincero contigo mismo,
en especial no finjas el afecto,
y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años,
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas,
más no te agotes con pensamientos oscuros,
muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina,
sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo,
no menos que las plantas y las estrellas,
tienes derecho a existir,
y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.
Por eso debes estar en paz con Dios,
cualquiera que sea tu idea de Él,
y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas,
penalidades y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
Sé cauto.
Esfuérzate por ser feliz.
Max Ehrmann
julio 22, 2022
julio 21, 2022
mayo 04, 2022
Qué significa este vino abierto
Esa música sonando
Qué sentido tiene, esa copa solitaria
Las sábanas nuevas y limpias
La casa callada y expectante
Dónde está todo
Cómo está todo
Para qué
Acá sin vos
Sin él
Sin nadie
más que los gatos
que miran conmigo la luna
en silencio.
Anna.
abril 29, 2022
Si ya te rompiste tantas veces.
¿Qué vas a perder?
Si en el peor de los casos uno más desaparece.
Ya no hay pegamento
dejá tus pedazos al viento
dulce del otoño
Que se arremolinen tus astillas
Que se despeinen tus heridas
Si tu historia es un destino de comienzos sin finales, entonces
Dejate comenzar mil veces
Que mil veces más te amen
Aunque sea una ilusión,
que te rescaten
de ese dragón
aunque sea un rato,
y te prometan
sus tardes de domingo
junto a vos.
abril 24, 2022
marzo 10, 2022
febrero 20, 2022
febrero 19, 2022
Dos
Yo sólo quería dormir. Quería pequeñas cápsulas azules de doscientos miligramos de Amital Sodio. Quería píldoras azules y rojas de Tuinal, y pastillas de Seconal de color rojo carmín.
El médico me dijo que si mascaba raíces de valeriana y hacía más ejercicio, al final, conseguiría dormir.
como si les estuvieran apuntando a la cabeza con una pistola invisible.
colgando, vacíos y tristes. Cloe me cuenta que lo peor de sus parásitos cerebrales era que nadie se quería acostar con ella. Allí estaba, tan próxima a la muerte que le habían liquidado la póliza del seguro de vida con setenta y cinco mil pavos y, en realidad, lo único que Cloe deseaba era echar un último polvo. Nada de intimidades, sólo sexo.
demasiado aburrida para seguir un tratamiento. Películas pornográficas, tenía películas pornográficas en su apartamento.
curaba, que flotaba alrededor de los pies y subía por las rodillas, la cintura y el pecho. Nuestros chakras se abrían. El chakra del corazón. El chakra de la cabeza. Con sus palabras Cloe nos introdujo en cuevas donde nos encontramos con el animal que era nuestro guía. El mío era un pingüino.
Así que no lloré durante la primera visita a un grupo de apoyo, hace dos años. Tampoco lloré en mi segunda y tercera visita. No lloré en las sesiones de parásitos sanguíneos, ni en las de cáncer intestinal o demencia encefálica orgánica.
Chuck Palahniuk
PD: Te amo (cap 30 - fragmento)
Holly llegó al restaurante a las ocho y veinte, ya que había pasado horas probándose distintos conjuntos. Finalmente escogió lo que Gerry le había indicado que se pusiera el día del karaoke, para así sentirse más próxima a él. Las últimas semanas no habían sido fáciles, los momentos malos habían prevalecido sobre los buenos y le estaba costando trabajo recobrar la entereza.
Mientras se dirigía a la mesa del restaurante el corazón le dio un brinco.
Vivan las parejas.
Se detuvo a medio camino y se hizo a un lado, ocultándose tras la pared. No estaba segura de poder enfrentarse con aquello. Le faltaban fuerzas para mantener a raya sus sentimientos. Echó un vistazo alrededor en busca de la mejor vía de escape; desde luego no podía marcharse por donde había entrado, ya que sin duda la verían. Vio una salida de emergencia al lado de la puerta de la cocina, la habían dejado abierta para mejorar la ventilación del local. En cuanto respiró aire fresco, se sintió libre otra vez. Atravesó el aparcamiento pensando qué excusa daría a Sharon y Denise.
—Hola, Holly.
—Qué tal, Daniel. —Fue a su encuentro—. No sabía que fumaras.
—Sólo cuando estoy nervioso.
—¿Estás nervioso? —Se dieron un abrazo.
—Me estaba armando de valor para reunirme ahí dentro con el Sindicato de Parejas Felices.
—¿Tú también?
—Bueno, si quieres no les diré que te he visto.
—¿Vas a entrar?
—De vez en cuando hay que apechugar —dijo Daniel, aplastando la colilla del cigarrillo con el pie.
—Supongo que tienes razón —convino Holly con aire reflexivo.
—No tienes que entrar si no te apetece. No quiero ser el causante de que pases una mala velada.
—Al contrario, será agradable contar con la compañía de otro corazón solitario. Somos muy pocos los que quedamos de nuestra especie.
—¿Vamos?
—Por cierto, tengo intención de largarme en cuanto terminemos el segundo plato —aclaró Daniel.
—Traidor —contestó Holly, dándole un codazo en broma—. En fin, yo también tengo que marcharme pronto si no quiero perder el último autobús. —Hacía unos días que no tenía dinero suficiente para llenar el depósito del coche.
—Pues entonces tenemos la excusa perfecta. Diré que tengo que irme pronto porque te acompaño a casa y que tienes que estar de vuelta a… ¿qué hora?
—¿Las once y media? —A las doce tenía previsto abrir el sobre de septiembre.
—Perfecto. Daniel sonrió y se adentraron en el comedor, sintiéndose más valientes gracias a su complicidad.
—¡Aquí llegan! —anunció Denise cuando se aproximaron a la mesa. Holly se sentó al lado de Daniel, pegándose como una lapa a su coartada.
—Perdonad el retraso —se disculpó.
—Holly, éstos son Catherine y Thomas, Meter y Sue, Joanne y Paul, Tracey y Bryan, a John y Sharon ya los conoces, Geoffrey y Samantha y, por último pero no por ello menos importantes, éstos son Des y Simon.
—Hola, somos Daniel y Holly —parodió Daniel con agudeza, y Holly tuvo que aguantarse la risa.
—Ya hemos pedido, espero que no os importe —explicó Denise—. Pero traerán un montón de platos distintos que podemos compartir. ¿Os parece bien?
—Dime, Holly, ¿tú qué haces?
—Perdona, ¿qué hago cuándo? —contestó Holly con seriedad. Detestaba a la gente entrometida. Detestaba las conversaciones que giraban en torno a lo que la gente hacía para ganarse la vida, sobre todo cuando se trataba de perfectos desconocidos que acababan de presentarle. Advirtió que Daniel temblaba de risa a su lado.
—Yo… bueno… ahora mismo estoy sin trabajo —confesó con voz temblorosa. La mujer torció la boca y se quitó una miga de entre los dientes con un gesto de lo más vulgar.
—¿Y tú qué haces? —preguntó Daniel, levantando la voz para romper el silencio.
—Oh, Geoffrey dirige su propio negocio —contestó la mujer, volviéndose con orgullo hacia su marido.
—Estupendo, pero ¿qué haces tú? —insistió Daniel.
—Bueno, ando todo el día ocupada haciendo un montón de cosas distintas. Cariño, ¿por qué no les cuentas lo que hacéis en la empresa?
—No es más que un pequeño negocio. Dio un mordisco a su panecillo, masticó lentamente y todos aguardaron hasta que se lo tragó para poder proseguir.
—Pequeño pero exitoso —agregó su esposa por él. Geoffrey por fin acabó de comerse el bocado de pan.
—Hacemos parabrisas de coche y los vendemos a los mayoristas.
—Uau, qué interesante —dijo Daniel secamente.
—¿Y tú a qué te dedicas, Dermot? —preguntó la mujer, dirigiéndose a Daniel.
—Perdona, pero me llamo Daniel. Tengo un pub.
—Ya. —Asintió con la cabeza y miró hacia otra parte—. Qué tiempo tan malo estamos teniendo estos días, ¿verdad? —preguntó a la mesa.
—¿Qué tal las vacaciones?
—Oh, lo pasé de maravilla —contestó Holly—. Nos lo tomamos con calma y no hicimos más que descansar, nada de desenfrenos ni locuras.
—Justo lo que necesitabas —convino Daniel, sonriendo—. Me enteré de vuestra aventura marina.
—Bueno, seguro que te dio una versión exagerada.
—No tanto, la verdad, sólo me contó que estabais rodeadas de tiburones y que tuvieron que sacaron del mar con un helicóptero.
—¡No puede ser!
—Claro que no —dijo Daniel, y soltó una carcajada—. Aun así, ¡debíais de estar enfrascadas en una conversación muy jugosa para no daros cuenta de que ibais mar adentro a la deriva!
—Atención todos —llamó Denise —. Probablemente os estaréis preguntando por qué Tom y yo os hemos invitado aquí esta noche.
—El eufemismo del año —murmuró Daniel, haciendo reír a Holly.
—Bien, tenemos que anunciaron una cosa. Miró a los presentes y sonrió. —¡Una servidora y Tom vamos a casarnos! —chilló Denise. Perpleja, Holly se tapó la boca con las manos. Aquello la había cogido desprevenida.
—¡Oh, Denise! —exclamó con un grito ahogado, y rodeó la mesa para abrazarlos—. ¡Qué maravillosa noticia! ¡Felicidades!
—¡Un momento! ¡Un momento! —Denise los detuvo justo antes de que empezaran—. Sharon, ¿no tienes copa? Todos miraron a Sharon, que sostenía un vaso de zumo de naranja en la mano.
—Aquí tienes —dijo Tom, llenándole una copa.
—¡No, no, no! No beberé, gracias —dijo Sharon.
—¿Por qué no? —vociferó Denise disgustada porque su amiga no quería celebrar su compromiso. John y Sharon se miraron a los ojos y sonrieron.
—Bueno, no queríamos decir nada porque ésta es la noche de Tom y Denise…
—Bien… ¡Estoy embarazada! ¡John y yo vamos a tener un hijo!
—¡Pues brindemos por el compromiso de Tom y Denise y por el bebé de Sharon y John!
—¿Quieres que adelantemos la retirada a las once? —propuso Daniel en un susurro. Holly asintió en silencio.
—¿Cuánto dejo para la cuenta? —preguntó Holly a Denise.
—Nada, no te preocupes —contestó Denise, restándole importancia con un ademán.
—No seas tonta, no voy a dejar que pagues mi parte. ¿Cuánto es?
—Bien, sale a unos cincuenta por cabeza, contando el vino y las botellas de champán.
—Venga, vámonos, Holly.
Holly fue a disculparse por no llevar consigo tanto dinero como creía, pero al abrir la palma de la mano vio que había un nuevo billete de veinte.
Sonrió agradecida a Daniel y ambos se dirigieron al coche.
—¿Te apetece entrar a tomar un té o lo que sea?
—Menuda nochecita, ¿eh? —dijo Daniel tras beber un sorbo de café. Holly meneó la cabeza con escepticismo.
—Daniel, conozco a esas chicas prácticamente de toda la vida y te aseguro que no esperaba nada de esto.
—Bueno, si te sirve de consuelo, yo hace años que conozco a Tom y no me había dicho ni pío.
—Aunque ahora que lo pienso, Sharon no bebió nada mientras estuvimos fuera. —No había escuchado ni una palabra de lo que le acababa de decir Daniel—. Y vomitó algunas mañanas, aunque dijo que se debía al mareo… —Se interrumpió mientras iba encajando las piezas mentalmente.
—¿El mareo? —preguntó Daniel, confuso.
—Sí, después de nuestra aventura en el mar —explicó Holly.
—Ah, claro.
—Qué curioso —dijo Daniel, acomodándose en el sofá. «Oh, no», pensó Holly, aquello significaba que no tenía intención de marcharse enseguida —. Mis colegas siempre decían que Laura y yo seríamos los primeros en casarnos —prosiguió Daniel—. Nunca se me ocurrió que Laura lo haría antes que yo.
—¿Va a casarse? —preguntó Holly con delicadeza. Daniel asintió con la cabeza y desvió la mirada. —Él también había sido amigo mío en otros tiempos. —Sonrió con cierta amargura.
—Obviamente ya no lo es.
—No. —Daniel negó con la cabeza —. Obviamente no.
—Lo siento.
—En fin, a todos nos toca nuestra justa ración de mala suerte. Tú lo sabes mejor que nadie, Holly.
—Sí, nuestra justa ración.
—Ya lo sé, no tiene nada de justa, pero no te preocupes. También nos llegará la buena suerte —aseguró Daniel.
—¿Tú crees?
—Eso espero.
Cecelia Ahern
febrero 12, 2022
Ahora no me lo vas a creer, pero existe. Existe alguien ahí afuera que va a compartir tu locura por los gatos, que te va a aceptar así, huraña, tierna, cansada, tonta. Existe ahí afuera alguien que no va a pensar que está mal que estés tan rota, alguien que va a poder ayudarte mientras tratás de desenredar tus nudos, alguien ahí afuera que esas veces que no podás más te va a saber levantar para que sigás. Sé que ahora no me creés, pero está ahí. Y va a entender que hablar te cueste, que el sexo te cueste, que todo te cueste. Va a entender que te esforzás muchísimo todo el tiempo, y va a apreciar todo lo que le des, porque va a entender cómo te costó. Y te puedo asegurar que esa persona también va a tomar vino como vos, va a tocar el piano o la guitarra para que canten juntos, y va a cambiar sus libros con los tuyos y sacarse fotos con vos y mostrárselas al mundo. Se van a poder sentar esas noches heladas de junio los dos envueltos en una colcha en el sillón a leer por octava vez El Señor de los Anillos. Te lo puedo asegurar, existe alguien así, y que le guste comer como a vos, con vos, que le guste bailar como te gusta a vos, con vos. Y te va a mirar así sin maquillaje y con toda esa ropa hippie sin combinar que usás y va a pensar que sos la más linda, alguien que no va a dudar.
Sé que ahora no me lo vas a creer. Pero existe alguien que va a leer lo que escribís, y que va escribir para vos también, quizá todavía no se conocen, pero se van a encontrar, y cuando lo hagan te puedo jurar, no va a dudar.
Anna.enero 26, 2022
esta lluvia sería
musica de fondo de nuestros acurrucos
la tarde inundada
de gatos y café y mimos.
Si esta aun fuera nuestra casa,
no habría apuro
ni ropa
ni frío
si el balcón aun fuese nuestro balcón
y los vecinos escandalizados
nuestros vecinos.
Si esta aun fuera nuestra casa
y abajo los autos
la vida de otra gente que pasa
pero no nosotros
acá arriba,
si acaso aun fuera esta
nuestra casa.
Anna.
enero 09, 2022
- Con las manos, cariño.
- Si lo haces con la mente, en lugar de aliviar el dolor, éste se endurece aún más.
- ¿Con las manos abuela?
- Sí. Nuestras manos son las antenas de nuestra alma. Si las mueves tejiendo, cocinando, pintando, jugando o hundiéndolas en la tierra, envías señales de cuidado a la parte más profunda de ti. Y tu alma se ilumina, porque le estás prestando atención. Entonces, las señales del dolor ya no serán necesarias.
- ¿Las manos son realmente tan importantes?
- Sí, hija mía. Piensa en los bebés: comienzan a conocer el mundo, gracias al toque de sus pequeñas manos. Si miras las manos de los viejos, te cuentan más sobre su vida que cualquier otra parte del cuerpo.
Todo lo que se hace a mano, se dice que está hecho con el corazón. Porque es realmente así: las manos y el corazón están conectados. Los masajistas lo saben bien: cuando tocan el cuerpo de otra persona con sus manos, crean una conexión profunda. Es precisamente a partir de esta conexión que llega la curación. Piensa en los amantes: cuando se tocan las manos, hacen el amor de una manera más sublime.
- Mis manos abuela… ¡Cuánto tiempo no las he usado así!
- Muévelas, mi amor, comienza a crear con ellas y todo dentro de ti se moverá. El dolor no pasará. Y en cambio lo que hagas con ellas, se convertirá en la obra maestra más hermosa. Y ya no dolerá más. Porque habrás sido capaz de transformar su esencia.
Elena Bernabè
enero 04, 2022
Mensaje en una botella
Estoy atrapada en una isla desierta, donde hay un monstruo terrible que amenaza a cada rato con matarme y no tengo cómo escapar. En esta isla no hay otras personas, sólo gatos que me defienden del monstruo, pero a veces los gatos necesitan dormir, o se distraen, y entonces el monstruo me golpea con su aliento de fuego. Es el monstruo más cruel que he conocido nunca, a punto, creo que juega conmigo pero en verdad no quiere matarme: sólo quiere verme sufrir. Cuando tiene oportunidad, me abrasa, su ataque me quema las tripas produciendo un dolor insoportable, pero sólo lo suficiente como para que al poco me rehaga, me levante nuevamente y entonces me vuelve a tirar.
He estado atrapada en esta isla mucho tiempo, y he aprendido a combatir este monstruo de muchas maneras, ya no me caza tan rápido como al principio, pero a pesar de todo ni los gatos ni yo hemos podido matarlo. Sin embargo no siempre fue desierta la isla. Hace poco vino alguien. Pensé que el monstruo lo atacaría también, pero no fue así, y durante mucho tiempo pensé que se había ido, que habría muerto, vivimos felices esa persona y yo y los gatos y todo fue perfecto. Pero un día esa persona se cansó de la isla, de las mismas playas, de los mismos árboles, del mismo cielo. Se cansó de los mismos gatos y de mí. Vio una señal de humo a lo lejos y decidió seguirla. Yo me quedé.
El monstruo volvió.
Hacía tanto tiempo que no lo veía que había olvidado cómo combatirlo. Recordé cómo era antes, el vivir huyendo o enfrentándome a él todo el tiempo, el cansancio, el miedo. Busqué la señal de humo a lo lejos para ir tras él, pero no pude encontrarla. Tampoco puedo abandonar a los gatos. No puedo salir de esta isla. Escribí un mensaje desesperado y egoísta, preguntándole si encontró lo que el horizonte le prometía y lo metí en una botella que arrojé al mar.
Un mensaje pidiéndote que si estás ahí leyendo esto y en algo me extrañás, que volvás a mí.
Anna.