enero 17, 2023

Ya no espero nada, no siento nada. 
No pienso nada, no busco nada. 
No la silueta de una espalda en medio de la noche.
No la mano que sostiene y acompaña.
No los ojos, no la boca.
Todo está adormecido, temblando.
Como un león agazapado, a punto de saltar
sobre su presa que nada sospecha
mientras pace la yerba tierna.
Ya no quiero nada, no sueño nada.
No hay descanso, ni viaje.
No hay gatos, ni perro. No hay niños.
No hay nada.


Anna.

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