septiembre 27, 2012

Cada día se nos resquebraja un poco más la piel de las manos, el mundo se va haciendo más chiquito, el tiempo pasa cada vez más rápido. Cada noche, cuando nos vamos a dormir, escondemos debajo de la almohada tantas pequeñas derrotas, tantas.
Hoy se me rompió un plato,
la porcelana me cortó el dedo
con el que hago el mi en la guitarra.
A veces diera la impresión de que en realidad el universo está complotado contra nosotros, y nos pone a prueba, amor. "¡Cosa'e diablo!" diría mi vieja. Ya van siendo tantos años...
La canción se moría entonces
aturdida por una nota que faltaba
se moría al mismo tiempo
que vos y que yo y que una polilla
que desesperada aleteaba              dentro de un charco, en el patio
dando todo,
pero muriéndose
al fin y al cabo
mojándose las alas
para siempre.


Anna.

septiembre 25, 2012

Noche

Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa.
¡Qué sé yo! Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir "buenas noches" a cualquiera
que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia tropezaría
con piedras al azar, como se hace.

Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma.
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!

Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces!
¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida, Señor!
¿Para qué tanta vida?




Alejandra Pizarnik 
La última inocencia (1956)

septiembre 14, 2012

“I sometimes longed for someone who, like me, had not adjusted perfectly with his age, and such a person was hard to find; but I soon discovered cats, in which I could imagine a condition like mine, and books, where I found it quite often.”



Julio Cortázar
Around the Day in Eighty Worlds

septiembre 12, 2012

Experimento

¿Y si nos despertáramos un día, hace un siglo? ¿Y si nos despertáramos y de pronto no hubiera corriente eléctrica, no hubiera internet, no hubiera televisores?

¿Y si el mundo despertara un día, sus engranajes paralizados, mutilados, inutilizados?

La gente tendría que salir a las calles para saber qué está pasando. Tendrían que hablarse. Preguntarse.

Los mensajes correrían de boca en boca, se pedirían favores prestados.

La tinta mancharía los papeles amarillos, las paredes. Correrían palabras sueltas por las calles, se descarrilarían las agendas, los relojes, las cajas registradoras.

La gente se arrojaría de los edificios, enloquecerían todos de aburrimiento.

El mundo se detendría.

Y en algún lugar, algún viejito se sentaría en su balcón a mirar las flores de los lapachos, oliendo en el aire un perfume olvidado y conocido, un recuerdo. Y quizás algún nieto desorientado se siente a sus pies y también vea las flores. Y descubra las flores. Y quizás luego se le sumaría un hermano, o una tía. Y quizás una familia descubra otra forma de hacer girar al mundo y lo compartiera con otras familias. Y quizás entonces en una ciudad amanecería primavera.

Quizás te hartarías de estar en tu cama boca arriba y te decidieras por abrir las ventanas; y te decidieras tocar de nuevo el violín; y te decidieras salir a la calle, correr por la calle, arrojarte al piso, oler el piso, lastimarte. Quizá decidieras mirar al cielo y encontrar estrellas nuevas. Quizá llegaras accidentalmente hasta mi casa, herido, sucio, malgastado; quizá llegaras accidentalmente con palabras escapándose de tu boca, con besos transpirados.

Y quizá
yo también
tendría las ventanas
abiertas.

Anna.